viernes, septiembre 18, 2009

TIERRA: CONCIENCIA PLANETARIA

En Fundación y Tierra, Aimov representa a los habitantes de un planeta: Gaia, que tienen conciencia planetaria, que son un todo no sólo entre ellos, sino también con animales, vegetales, minerales y hasta moléculas de su planeta, el planeta es una unidad y el planeta es quien toma las decisiones. Además, presenta a Gaia con un plan de crear Galaxia, de modo que la propia Galaxia funcione como una super Gaia. Y Gaia trata de convencer al protagonista, consejero de la Fundación, Golan Trevize, de que esa es la mejor opción de futuro para la Galaxia, mientras que Golan tiene sus dudas, porque cree en la individualidad (libre albedrío) de las personas, y no está seguro de su elección, de la que depende la Galaxia entera.

Si bien me identifico bastante con Golan, y con su personalidad, dicho sea de paso, reflexionando esta mañana allá donde las reflexiones son más profundas y clarividentes, en efecto, la taza del water, y viendo la situación actual de las personas, del mundo, he pensado que acercarse un poco a la idea de Gaia es incluso hasta necesario.

El otro día, regresando bastante tarde del trabajo, tuve un casi-percance de circulación. Alguien de mi misma edad venía por detrás a elevada velocidad. Al ir por el carril izquierdo (qué queréis, he vivido dos años en Inglaterra), puse el intermitente y me pasé al carril derecho. pero ay!, que el impaciente amigo ya había decidido adelantarme por la derecha, en plan Alonso, y acelerando. Resultado, frenazo del tipo y consiguiente mosqueo, adelantamiento por la izquierda y semáforo en amarillo-que-se-pone-en-rojo, frenazo del tipo y bajada de ventanilla de copiloto de su coche. A punto estuve de situarme detrás, pero como seguro que se habría bajado del coche decidí seguir por mi carril y aguantar el chaparrón. Frases como "cabrón" "yo también vengo de trabajar y me suda la polla" "has estado a punto de provocar un accidente, capullo" (yo?). Vamos, que si me llego a calentar montamos un pressing catch a las 10 y media en plena ronda norte, o que si el tipo llega a llevar una magnum me descerraja dos tiros allí mismo, por una discusión de tráfico. Semáforo en verde, arranca el tipo con un "capullo" más. Arranco yo, me pongo a su altura y grito: "Educado!", y sigo. No me persiguió y ahí murió la cosa. Contento por mi reacción, llegué a casa... y me eché a llorar.

Hoy en el water vi la luz (bella frase). ¿Por qué nos enfadamos por trivialidades? por qué muchos de los problemas (del mundo) vienen motivados por reacciones agresivas, violentas o excesivas a situaciones triviales que atentan contra nuestra razón, nuestro orgullo o nuestra integridad moral a quienes damos, muchas de las veces, exagerada importancia?. Cuánto daño hace al mundo y a las personas el orgullo, cuánto la necesidad de tener una posición de poder!, cuántas parejas no pelearían y no se romperían (la crisma) si se dejara de lado el orgullo!?. La respuesta está en el pensamiento individual. Si uno piensa en YO, siempre y ante todo, no es de extrañar que las actitudes autodefensivas afloren al más mínimo roce, y uno se sienta acosado y saque sus uñas y dientes cual fiera por miedo a lo desconocido, a lo imprevisible, a lo que cuestiona nuestro círculo.

Quizá, si aumentara un poco la conciencia colectiva, si abstraemos un poco nuestra visión, nuestra percepción de nosotros mismos, veremos nuestra ubicación real en el mundo, veremos que no podemos evitar formar parte de un todo superior, y que hay que (bien)relacionarse con el resto del todo. Veremos que lo que defendemos con uñas y dientes muchas veces es muy pequeñito, es fútil, comparado con el bienestar colectivo, sea de tu pareja, de tu familia, de tu ciudad, de tu mundo. Aunque, como Golan Trevize, pienso que extrapolar esta actitud al máximo e iluminarse con actitudes exageradamente hippiescas tampoco es positivo. En el término medio está la virtud.
Pero llamo la atención porque en este momento estamos en uno de los extremos, el del YO, y el péndulo debe seguir oscilando para acabar estable en el medio.

Golan Trevize viaja con una Gaiana, conectada en todo momento mentalmente con Gaia, y otos personajes por la Galaxia buscando el planeta original del hombre, la Tierra, a fin de confirmar si la opción de "Galaxia" es la adecuada o no. Cuando encuentran la Tierra, ésta está devastada por la radiación (en otro libro de Asimov veré porqué), destruida, quizá por el hombre.

Si movemos nuestro pensamiento del YO un poquito hacia el NOSOTROS, quizá la Tierra no acabe devastada, al menos no por nosotros. Para eso tenemos que quitarnos un poco (bastante) del miedo que nos invade, del recelo. Quizá debamos ver al OTRO como parte de mi YO antes de soltarle un "CAPULLO".

6 comentarios:

Peritoni dijo...

Somos unas bestias inteligentes pero sin conciencia de raza ni de que estamos aquí de paso por un breve espacio de tiempo...
un asco, vamos.

Jesús dijo...

No del todo amigo, no del todo. Cmo decía Rouseau, el hombre es bueno por naturaleza, y es la sociedad quien lo corrompe (y así lo creo, aunque algún berzas anda suelto, es cierto).

Peritoni dijo...

Ya, pero un animal social como nosotros y que se corrompe por vivir en sociedad es un sinsentido.

Karraspito for President dijo...

Dios me libre de criticar a un hombre por llorar, de hecho yo reconozco que lo hago, pero ¿por eso te pusiste a llorar? ¿por un retrasado cebándose en un error que has cometido? ¿no estarías en esos días en que estás especialmente sensible, tía?

A mí una vez me pasó algo parecido en Cornwall, le pedí perdón al tío, le dije que había mirado pero no lo había visto, y automáticamente se calmó y me dijo "fair enough". No sé si con este habría funcionado, la verdad es que algunos son como mulas...

Karraspito for President dijo...

Por cierto, cojonudo el libro que mencionas, me encanta toda la saga de las fundaciones, me estoy leyendo los siete actualmente...

Jesús dijo...

Algunos son como mulas, y otros directamente son mulas (de carga) que tragan y van por donde les indican, y como pretendas sacarles de la línea se resisten (me pasó una vez montando un burro en Puigcerdà, uno de esos adiestrado que se sabía el recorrido de memoria. No veas lo que me costó hacerle cambiar de dirección. Que no quería el muy burro...